5 mejores destinos para celebrar una boda en invierno

Bodas en inviernos

Darse el ‘sí, quiero’ en invierno, ¿una locura? ¡Nada de eso! Los meses de diciembre a marzo han elevado su popularidad en el calendario nupcial gracias a unos niveles mínimos de ocupación y la competitividad de precios. También influye el atractivo que destinos únicos como Galapagar, Ribeira Sacra, Benalmádena, Setúbal o Trento presentan durante la off-season.

Romper la tradición de julio, agosto y septiembre y celebrar una boda en invierno es una elección atípica que permite explorar rincones únicos de la Península y de la Europa mediterránea. De hecho, el denominado destination wedding o bodas destino es una tendencia creciente entre las parejas españolas, que pueden unirse en matrimonio y hacer turismo a la vez. Y es que los novios actuales no se limitan a investigar destinos de luna de miel.

¿Dónde celebrar una boda en invierno?

Galapagar, Madrid

Las bodas en diciembre presentan un sabor especial en Galapagar, municipio situado en la Sierra de Guadarrama, sede de incontables tesoros naturales: bosques ribereños, rutas de montaña, miradores imponentes y puentes rebosantes de historia y de leyenda, como los de Herreño, Retamar y Alcanzorla.

La riqueza patrimonial galapagueña no pasará desapercibida a las parejas con inquietudes culturales. Celtas, romanos, musulmanes y otros pueblos antiguos dejaron aquí un extenso legado en forma de calzadas, iglesias, monasterios y otras edificaciones singulares.

A nadie sorprende la presencia de fincas para bodas en Galapagar de primer nivel, ideales para sellar el vínculo amoroso en un entorno privilegiado. A la vista de semejantes reclamos y atractivos, es lógico que este municipio madrileño sea un destino perfecto donde casarse en invierno.

Ribeira Sacra, Lugo-Orense

Distribuidas entre las provincias de Orense y Lugo, las riberas del Cabe, el Sil y el Miño son el escenario de una de las zonas de producción vinícola más afamadas del mundo, amén de un entorno idílico para contraer nupcias. De forma tangencial, los futuros novios no deben dejar pasar la ocasión de visitar los monasterios de Santa María de Xunqueira y de Santo Estevo, la Necrópolis de San Víctor de Barxacova o el Castillo de Castro Caldelas, por citar una pequeña muestra de monumentos locales de indiscutible valor patrimonial.

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Riviera sacra

En Galicia, las bodas en invierno dan la oportunidad de disfrutar del esquí en la estación de Cabeza de Manzaneda. Las rutas de trekking son asimismo una garantía para los amantes de la naturaleza, por la belleza de enclaves tan bucólicos como el Cañón del Sil, Castro Caldelas, el mirador de Penedos do Castro o el Mirador Pe do Home.

Benalmádena, Málaga

Por su clima y entorno fuera de lo común, la Costa del Sol es una elección lógica para casarse en invierno sin temor a que las inclemencias meteorológicas puedan ‘aguar’ las nupcias.

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Benalmadena

Este municipio costero de Málaga se ubica en las inmediaciones de Torremolinos y cuenta con dos zonas claramente diferenciadas: la playera, representada por los arenales de Arroyo de La Miel, Malapesquera, Las Yucas o Carvajal; y la urbanita, compuesta por calles de estilo andaluz y de atracciones tan fascinantes como la Plaza de España, el Castillo de Colomares y de El Bil-Bil, el Teleférico y la práctica totalidad del casco antiguo.

Setúbal, Lisboa

La ciudad lusa de Setúbal es otro excelente destino para celebrar bodas en invierno. Posee una de las franjas costeras más bellas de Portugal, bañada por las aguas del Atlántico de un intenso azul y con suficientes oportunidades de ocio y turismo: la Fortaleza de San Felipe, el Mercado do Livramento, el Plaza de Bocage, el Iglesia Convento de Jesús, el Miradouro de São Sebastião, etcétera.

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Setubal

Como los veranos son caluroso y secos en Setúbal, el periodo invernal abre una ‘puerta’ a quienes desean unirse en matrimonio sin el bochorno de la temporada alta, ni sus precios abusivos.

Trento, Trentino-Alto Adigio

Rara vez la península con forma de bota falta a su cita con los destinos de turismo nupcial, y esta selección tampoco puede prescindir de uno de sus enclaves más atractivos, Trento. Situada en la región italiana de Trentino-Alto Adigio, esta ciudad es sinónimo de romanticismo, latente en cualquiera de sus puntos de interés, desde la Piazza Duomo, la torre del Palazzo Pretorio y la Cattedrale di San Vigilio, hasta la Fontana del Nettuno o el Castillo del Buonconsiglio.

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