Después de la novia, la madrina es la figura femenina de mayor importancia en una ceremonia nupcial. De ella dependen funciones como el acompañamiento del novio hasta el altar o el asesoramiento de la novia sobre la vestimenta nupcial más adecuada, sin mencionar su implicación decisiva en los preparativos del evento.
Sin embargo, el protocolo de bodas para la madrina no es menos restrictivo que el de las damas de honor. Así, se espera que esta figura asista a la ceremonia con una mantilla, prenda tradicional que en los últimos años se ha abandonado en favor de ciertos sombreros de ala ancha, las pamelas y los tocados con flores y telas de tul.
La vestimenta de la madrina en la boda también incluye el uso de vestidos de longitud mediana durante el día y largos durante la noche, dependiendo de la hora de la celebración y sin que estas reglas deban seguirse al pie de la letra. Respecto al estilo, se recomienda buscar la máxima comodidad y un grado de elegancia acorde con el tono del evento (no todas las bodas son igual de formales y solemnes).
Siguiendo con el dresscode de las madrinas, la paleta de colores tropieza con las mismas limitaciones que afectan al resto de invitados, es decir, la prohibición de usar el blanco y el negro, por razones evidentes. En su lugar, se preferirán los trajes de madrina de boda basados en tonos como el azul, el rosa, el verde, el dorado, el celeste, el vainilla o el plateado, dependiendo una vez más del estilo, la hora del evento y otros parámetros a considerar.
Pero ¿qué joyas lleva la madrina de boda? Aunque no hay reglas categóricas al respecto, es aconsejable apostar no por la joyería que esté de moda, sino por la que tenga un mayor valor sentimental para la familia en cuestión. Por tanto, son bienvenidos los collares y pendientes de perlas, los broches artesanales y otras piezas de corte similar.
¿Cuáles son las funciones de una madrina en ceremonias nupciales?
La madrina de una boda civil y católica desempeña un rol clave en la elección del vestido nupcial. Lógicamente, la última palabra pertenece a la protagonista absoluta, es decir, a la novia. Pero la madrina es una de las pocas personas que asiste a las pruebas iniciales del vestido y que puede asesorarle en esos pequeños detalles que le generan bloqueos e inseguridades. Esta implicación de la madrina cumple un doble objetivo, pues además del mencionado en el párrafo anterior, pretende evitar que el traje de la madre de la novia o de otra invitada coincida en color y estilo con el vestido nupcial.
Por orden de importancia, otra de las funciones de las madrinas de boda consiste en acompañar al novio hasta el altar. Aunque simple, este acto reviste una gran solemnidad. Cogidos del brazo, el novio y la madrina permanecen unidos en altar, hasta la entrada de la novia en compañía de su padrino, momento en que estas figuras secundarias se apartan para que los protagonistas del evento puedan dirigirse sus votos matrimoniales y darse el esperado «sí, quiero».
Las horas previas a este momento, culminación de meses de dedicación, acarrean un estrés y nerviosismo elevados para el novio y la novia. Otro de los cometidos de la madrina, para con esta última, es tranquilizar sus ánimos y minimizar la posible ansiedad que pueda aflorar a medida que se aproxima la hora señalada.
Incluso durante los preparativos de la ceremonia nupcial, la madrina se involucra en múltiples labores que, separadamente, no representan gran cosa, pero unidas pueden ocasionar retrasos y problemas en caso de no gestionarse adecuadamente. Hablamos de la elección de los menús, el acomodamiento de los invitados, la decoración de los distintos espacios, etcétera.
En agradecimiento por su apoyo y esfuerzo, es tradición que los novios entreguen obsequios a las madrinas. A propósito de este punto, quizá te interese conocer algunos de los regalos para padrinos y madrinas más apropiados.