La primera comunión ha trascendido el ámbito religioso y litúrgico para convertirse en un acontecimiento social muy esperada por el público infantil. De hecho, alrededor de 245 mil niños recibirán por primera vez la eucaristía durante el presente año, de acuerdo con la Conferencia Episcopal Española (CEE). ¿Estás a punto de organizar la tuya? ¡Descubre qué no puede faltar en una comunión!
Celebración única en la vida, la primera comunión conlleva mayores responsabilidades que un cumpleaños, la onomástica u otros eventos anuales. Los más pequeños esperan con ilusión este día, aunque los padres deberán enfrascarse en la tarea de preparar una fiesta de comunión. Para prevenir descuidos y faltas, es recomendable listar aquellos elementos y detalles —candy bars, libros de firmas, decoración temática, etcétera— que sean inseparables de esta celebración
5 elementos clave en una primera comunión
Cátering de primer nivel
Las fiestas de comunión no se caracteriza por un gran despliegue de platos y bebidas. Pero esto no significa que el cátering sea una cuestión menor. Precisamente por sus limitaciones, los organizadores deben poner especial cuidado en que la gastronomía dibuje una ‘sonrisa’ en el estómago de cada invitado.
La propuesta gastronómica de una comunión está formada por un cóctel, un plato principal y un postre; alternativamente, puede limitarse a un cóctel con abundantes bocados y refrescos. Considerando que los protagonistas del evento serán niños de 7 a 12 años, parece lógico decantarse por un menú con predominio de recetas infantiles. Este es uno de esos detalles que no pueden faltar en una comunión.
Tematizar la decoración
En la decoración de primera comunión abunda la simbología cristiana (cruces, iglesias, palomas blancas, etcétera), motivos estos que no son incompatibles con temáticas infantiles como Hello Kitty, Bob Esponja, Peppa Pig y otros personajes y series pop. Para los más pequeños de la casa, cualquiera de estas propuestas temáticas supondrá una grata sorpresa, al mismo tiempo que los papás cuentan con una orientación clara para decorar el evento y darle un toque original.
‘Candy bar’ para los más pequeños
Otra de las ideas originales para celebrar primeras comuniones
consiste en implementar un bufé libre de golosinas, popularmente llamado candy bar, que forma parte de todo lo que se necesita para una comunión.
Una candy bar se compone de galletas, magdalenas, bombones, caramelos y un número cada vez mayor de dulces de origen anglosajón (cupcakes, muffins, macarons, etcétera) que hacen las delicias del público infantil, sin poner en riesgo su salud dental, pues cualquiera de estos alimentos puede obtenerse con un bajo contenido en azúcar y conservantes.
Obsequios para los invitados
Los regalos de primera comunión ocupan un lugar destacado en este evento, pero los invitados no deberían quedar fuera de la generosidad de los organizadores. De ahí que sea un acierto disponer de obsequios personalizados para entregar a familiares, amigos y demás asistentes.
Desde la óptica de los invitados, estos pueden expresar su cariño hacia el participante de la Eucaristía de forma inmaterial, a través del libro de firmas. Este recurso, típico en fiestas de cumpleaños y bodas, está pensado para que cada invitado añada una dedicatoria personal, que los ‘peques’ conservarán como un recuerdo de esta celebración. Otro beneficio del libro de firmas es que brinda la oportunidad, días antes del evento, de personalizar sus tapas, una actividad DIY perfecta para disfrutar de momentos en familia.
Animación y actividades lúdicas
La diversión en fiestas de primera comunión mejorará notablemente con la contratación de monitores infantiles que animen y creen un ambiente lúdico y jovial. Además de mantener entretenidos a los más pequeños, estos profesionales se responsabilizan de su seguridad, para tranquilidad de los adultos asistentes. Sin lugar a dudas, otro de esos detalles que hace falta en una comunión.
Asimismo, los organizadores pueden plantear una serie de juegos y actividades al margen de las propuestas por los monitores infantiles. La meta es ofrecer una oferta de ocio adaptada a los más pequeños, por lo que pueden sugerirse juegos tan típicos como el pañuelo, la cuerda, la zapatilla por detrás, las cuatro esquinas, etcétera, que les mantendrán alejados de las videoconsolas que ya utilizan en su día a día. Asimismo, juegos de mesa como Cluedo, Uno, Monopoly o los clásicos parchís y ajedrez proporcionarán suficientes horas de diversión.