N. del A.: el anglicismo «wedding planner» ha sido marcado en cursiva en la primera mención; en el resto se omite esta marca, por sobrentenderse que es un extranjerismo.
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El sector nupcial goza en nuestro país de una honda tradición. En 2021, se registraron más de 147 mil enlaces, según datos del Instituto Nacional de la Estadística (INE). Presumiblemente, en un porcentaje mayoritario de estas uniones se contrató a organizadores de bodas o wedding planners, figura que pese a su utilidad, encarece el coste de este tipo de celebraciones, que de media rondan los 16.000 – 25.000 euros.
¿Es necesario una wedding planner? En primer lugar, conviene explicar las funciones de esta profesional, especializada en la planificación, gestión, coordinación y puesta en marcha de bodas, con todos sus pormenores, adaptando el resultado final a las recomendaciones y deseos de los clientes, es decir, los futuros novios. Estos pueden suplir a la wedding planner si están dispuestos a asumir una mayor carga de responsabilidades, afrontar las complicaciones que puedan surgir y tomar decisiones críticas para la ceremonia nupcial.
Así pues, las siguientes recomendaciones brindarán una orientación práctica a los novios que deseen aprender cómo organizar una boda sin wedding planner.
¿Boda a la vista? Organízala sin ‘wedding planner’ con ayuda de estos tips
Planificar y ser organizado
¿Dispuesto a celebrar una boda sin wedding planner? Toma papel y lápiz y no te separes de ellos. Una planificación precisa y detallada es básico para preparar con éxito cualquier tipo de boda. Los recursos que contribuyan a la organización serán bienvenidos: esquemas, checklist, hojas de ruta, timelines, apps para móviles, softwares como Trello o Slack, etcétera.
Comenzar con suficiente antelación también reducirá el estrés y ayudará a tomar mejores decisiones. Y es que el tiempo juega en nuestra contra a medida que se aproxima el gran día, pues muchas de las tareas de un wedding planner dependen de la confirmación de terceros (padrinos, fotógrafos, empresa de cáterin, etcétera).
Determinar el estilo de la boda
Sería imposible enumerar todos los estilos en que podría basarse la decoración nupcial: minimalista, moderna, vintage, campestre, bohemia, shabby chic, industrial, boho chic, etcétera. Sea cual sea el afortunado, los responsables de organizar la boda deberán respetar su elección hasta el final. La mezcla de estilos, es decir, el eclecticismo, daría lugar a una heterogeneidad de elementos que rara vez resulta como se espera.
En síntesis, y respondiendo a la cuestión de cómo decorar mi boda yo misma, es recomendable definir la temática de la boda y lograr que impregne todos sus componentes y detalles de modo uniforme y armonioso
Elegir proveedores de confianza
Los responsables de preparar la boda no están obligados a dominar el cáterin, la decoración, la logística, etcétera. Ni siquiera los mejores wedding planners son ‘hombres orquesta’ ni tienen el don de la ubicuidad, sino que delegan estas labores en terceros. Por tanto, los organizadores amateur deben procurar investigar y seleccionar a proveedores de confianza, utilizando para ello todos los recursos a su disposición.
Prever las necesidades y encontrar al mejor profesional para satisfacerlas requiere esfuerzo y dedicación —al igual que todo lo relacionado con la cuestión de cómo ser tu propia wedding planner—, pero no es un imposible. A propósito de esta sugerencia, quizá te interese revisar esta lista de cosas que se necesitan para una boda; descubrirás numerosas ideas interesantes.
Decidir la sede ceremonial
La parroquia local, la Catedral de Sevilla e incluso el Castillo San Cucao: una extensa variedad de iglesias, pazos, castillos y palacios históricos pueden convertirse en la sede de una ceremonia nupcial. No obstante, será necesario formalizar la reserva con suficiente antelación (un mínimo de 6 a 12 meses). Incluso, deberá realizarse este trámite de 2 a 3 años antes de la fecha señalada en el caso de elegir una ‘boda destino’ o destination wedding, es decir, darse el ‘sí, quiero’ en lugares exóticos como la Rivera Maya, Bahamas, Florencia, Algarbe o Miconos.
En vista de lo anterior, el coste de invertir en un wedding planner podría compensar, si consideramos la problemática que conlleva organizar una ceremonia nupcial. El ahorro de tiempo estimado alcanza las 400 horas en ciertos casos, de acuerdo con estudios recientes. No obstante, los consejos mencionados son una ayuda inestimable para prescindir de los organizadores nupciales.