Las bodas temáticas suelen centrarse en colores o estilos decorativos, pero una idea sorprendente es inspirarse en un viaje soñado. El país o ciudad que tenga un significado especial puede convertirse en el hilo conductor de toda la celebración.
De Marrakech a París sin salir de la finca
Imagina una boda inspirada en Marrakech: alfombras, especias, lámparas árabes y música andalusí. O una celebración parisina con acordeón en vivo, croissants en el cóctel y decoración de bistró romántico. Cada detalle traslada a los invitados a un lugar distinto, sin moverse del recinto.
Una boda que transporta
Este formato invita a jugar con la gastronomía, la música y los elementos visuales. Los invitados no solo asisten a una boda, sino que viajan a otro mundo. Es una forma de compartir con ellos la pasión de la pareja por explorar, recordar un viaje ya vivido o anticipar el próximo.




























































































































