Esta semana en Finca Trinidad nos ha pasado algo curioso… Por un momento no sabíamos si estábamos en un rodaje o en uno de nuestros propios eventos. Y es que entre focos, cables, claquetas y actores repasando guion, también había aroma a cocina real, risas auténticas y ese murmullo de familias comiendo en nuestra terraza. Porque mientras se grababa un capítulo de Perdiendo el juicio, nuestro restaurante seguía haciendo lo suyo: conquistar estómagos y corazones.
En una pausa del rodaje, uno de los técnicos se acercó a la barra y preguntó: “¿Esto es parte del atrezo o es de verdad?”. Señalaba una tarta de queso recién salida del horno. Spoiler: era de verdad. Se la llevó. Volvió al rato a por otra. Y no fue el único.
Lo que más nos gustó de esta experiencia fue ver cómo dos mundos —el de la ficción y el de la vida cotidiana— se entrelazaban con total naturalidad. Mientras una actriz ensayaba su texto frente al estanque, en la mesa de al lado una pareja brindaba por su aniversario. Mientras se rodaba una escena intensa bajo la pérgola, dos niñas jugaban con pompas de jabón cerca del jardín.
Eso es Finca Trinidad: un lugar donde cabe la emoción del cine, pero sobre todo, la de la vida real. Donde puedes venir a rodar un capítulo de una serie o a celebrar un capítulo importante de tu historia. Tu cumpleaños. Tu boda. Tu domingo en familia. Y en todos los casos, la experiencia es digna de repetirse.
Nuestro restaurante sigue siendo el secreto mejor guardado de la zona. Con un menú cuidado, ingredientes frescos y el toque justo entre cocina de autor y comida de siempre, es el plan perfecto para desconectar, disfrutar y recargar. Y si ese día hay cámaras… pues mejor: ¡puede que salgas de fondo en una serie de televisión!
Ven a vernos. Reserva tu mesa, ponte guapo o ven tal como estás. Lo importante es que vengas con ganas de vivir un buen rato. Porque en Finca Trinidad no solo servimos platos. Servimos momentos.
