Confeccionar el menú nupcial puede ser un quebradero de cabeza incluso para los wedding planners más avezados. ¿Platos tradicionales o de autor?, ¿omnívoros o de orientación vegana?, ¿adaptados a la temática nupcial o más eclécticos? Aunque sobre gustos no hay nada escrito, satisfacer a un centenar de invitados no es una meta tan inasequible como pueda parecer.
Pero ¿cómo elegir el menú de una boda?, ¿qué criterios seguir para seleccionar los platos, postres y bebidas más adecuadas? A continuación descubrirás una lista de consejos útiles para resolver estas cuestiones como un experto en cáterin nupcial.
5 tips para elegir el menú ideal para una boda
Armonía entre la carta y la temática nupcial
La decoración y el estilo de la ceremonia nupcial han evolucionado en las últimas dos décadas, una realidad que no debería subestimarse a la hora de diseñar los menús de boda originales. Es importante armonizar los ingredientes de la carta con la decoración general, de forma que sintonicen con la temática de la boda (rústica, boho chic, clásica, bohemia, vintage, etcétera).
Así, delicias como el salpicón de marisco, el sushi o el cangrejo al ajillo se adaptarían bien a ceremonias de estilo marinero. De haber elegido una decoración floral de mesas u otra propuesta similar, una selección de platos veganos, healthy o campestres sería acertada.
¿Cocina tradicional, de autor o ambas?
Además de ser la sal de la vida, la variedad también es un componente indispensable en cualquier boda. El número de invitados en estos eventos ronda de media las 100-300 personas, por lo que satisfacer los gustos de todos es tarea difícil. La cuestión de qué servir en una boda no debería resolverse con extremos —cocina vegana, paleo, etcétera— salvo que la globalidad de invitados comparte esta orientación gastronómica. Más inteligente y acertado será buscar un punto intermedio, un sano equilibrio en la elección de platos, postres y bebidas.
Al diseñar la propuesta gastronómica surge una duda habitual: ¿cocina tradicional o de autor?, ¿valor seguro o creatividad? Renunciar a los platos típicos de la cocina española conlleva sus riesgos; por más que se pretenda sorprender a los asistentes, esta decisión puede comprometer el éxito del banquete nupcial, razón por la que se recomienda seleccionar platos típicos y de autor, dando al invitado la posibilidad de decidir.
La temporada del año influye (y mucho)
Si deseas ofrecer menús especiales para bodas, la estación del año en que esta se celebra es un factor determinante. Que el verano exige platos frescos y el invierno calientes es una obviedad que interesa recordar. En los meses de junio, julio y agosto, se optará por ensaladas, salmorejos, pistos, salteados, ensaladillas y otras delicias similares, mientras que entre septiembre y febrero serán bienvenidos los caldos, cremas, sopas, arroces y pastas.
Durante el otoño y el invierno es posible obtener carne de caza, lo cual elevará la calidad de los ingredientes utilizados. Asimismo, podrán utilizarse níscalos, calabazas, mollejas y otros productos de temporada.
Conquístalos con un cóctel irrepetible
La coctelera y el hielo no deberían faltar a su cita con la ceremonia nupcial. Y es que el cóctel es uno de los momentos más esperados por los asistentes, perfecto para conversar, saciar el apetito y degustar el combinado predilecto. A diferencia del banquete, los aperitivos y tapas del cóctel toleran una mayor originalidad, por lo que los chefs más vanguardistas podrán desplegar un repertorio gastronómico más audaz.
Tan relevante como la oferta culinaria del cóctel es su presentación, cuyo diseño deberá adaptarse al estilo y temática del resto de la ceremonia. Por ejemplo, el uso de foodtrucks casará magistralmente con decoraciones campestres y bohemias.
Mejor con alternativas para alérgicos e intolerantes
Cualquier pretensión de elaborar el menú ideal para bodas tropezará inevitablemente con la realidad: la existencia de alergias e intolerancias de una minoría de invitados, amén de la lógica heterogeneidad de gustos del resto. Respecto a los primeros, existen intolerancias a la sacarosa, la fructosa, el gluten, la lactosa, la histamina, los sulfitos y un largo etcétera de componentes alimentarios que deberían excluirse de ciertos menús específicamente diseñados para este público. De este modo, ofreceremos alternativas aptas para todos los invitados, como muestra de atención y de consideración.